miércoles, 11 de mayo de 2011

De cómo ayudan las madres ajenas

Ayer me probé un pantalón (tipo playero veraniego) que quedaba súper raro y ancho. Mientras estaba en la tienda se lo probó otra chica y salió para enseñárselo a su madre. Le quedaba igual de extraño que a mí y la chica salía con la misma cara de "parecía más mono doblado" que yo. Y de pronto le suelta la madre: "pero hombre, que eso es un vestido".

Y se hizo la luz.

Y me lo volví a probar.

Y tengo que decir que ahora tengo un vestido/pantalón la mar de mono para verano.

Moraleja: lo que no sirve de un modo puede servir de otro, y la utilidad de las cosas depende de la perspectiva desde la que se miren.

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