lunes, 25 de abril de 2011

Concurso Fnac

Aquí está la versión definitiva:

http://factoria.fnac.es/concursos/microrrelatos-fin-mundo/morituri-te-salutant

Iba a hacer una gran entrada sobre este maravilloso fin de semana que he pasado, pero es que las palabras se quedan cortas. Así que con gran pena vuelvo al mundo real, pero antes, todo el mundo a cantar:

jueves, 21 de abril de 2011

Doomsday

Soy mucho de participar en concursos de microrrelatos. Por supuesto para ganar, por supuesto no he ganado nunca ninguno. El último el de la Fnac, 150 palabras para decir cómo pasaríamos el fin del mundo. Lo he titulado Morituri te salutant y si algún día de estos alguien de la Fnac es capaz de leerlo y admitirlo pondré el link. De primeras, copio/pego el largo que primero hice:


"¿Qué se acaba el mundo? No venga, en serio, que es una broma. Las primeras tres horas convencidos de que están anunciando una nueva superproducción de Hollywood. ¿Qué me cuentas? ¿En serio? ¿Es Trending Topic en Twitter? Oye tío que va a ser verdad. Pues no me digas. No me parece serio. Esto es culpa del gobierno fijo. ¿Nos manifestamos?. No, para qué, si se acaba el mundo de todas formas. Seis horas para el fin del mundo y aún no has hecho nada. Pones la tele, hay gente súper profesional que sigue trabajando e informan de saqueos. Que para qué quieren una tele si se van a morir. Tres horas para el fin del mundo. Oye mamá, que te quiero mucho ¿eh?. Dos horas para el fin del mundo. Pues vaya, me faltan un montón de sitios por visitar y millones de cosas por hacer. Una hora para el fin del mundo. Te empiezan a llegar mensajes después del inicial bloqueo de líneas. Uy. De pronto un montón de gente quiere tener sexo contigo como despedida. Treinta minutos para el fin del mundo. Te fumas un cigarrillo. Después de todo no vas a morir por cáncer de pulmón. Quince minutos para el fin del mundo. Intentas pensar en algo positivo, por ejemplo, en que es el primer fin del mundo de la humanidad. Es algo así como un privilegio. Seguro que va a los anales. Cinco minutos para el fin del mundo. Mierda. Te das cuenta. No va a quedar nadie para hacernos quedar cómo héroes. Cuatro minutos. Qué más dá, tampoco ibas  a estar para verlo. Tres minutos. El tiempo pasa muy despacio. Dos minutos. El tiempo pasa demasiado deprisa. Un minuto. Silencio."

viernes, 15 de abril de 2011

Fashion Art



 “La moda no es un arte, pero para dedicarse a ella hay que ser un artista”. Yves Saint-Laurent

Y esto es cierto. Fashion Art es la nueva exposición en la que trabajaré y sufriré. ¿Por qué sufrir? Porque veré todos esos vestidos diseñados por Manuel Fernandez y a la vez digamos que "tuneados" por grandes artistas, muchos de mi devoción (hagamos que no salto de la emoción con el vestido de Jesús Zurita) y no me los podré poner. Estarán ahí en maniquís feos, pidiendo que alguien se los ponga, que los pasee, que les dé vida. Vale, tendrían que cogerme el bajo de todos pero jo, YO QUIERO.

El hecho es, ¿qué cuentas en una exposición así? Por un lado la intención del artista, claro y por otra la relación entre moda y arte. Con este propósito de encontrar cosas con las que rellenar una hora de visita (porque sí, yo guío y cuento) cogí un libro ayer en la biblioteca, Moda y diseño: un desafío cultural. Reflexiones sobre el fenómeno de la moda desde la perspectiva de las ciencias sociales, la filosofía y el arte, y aunque el título de la conferencia podía estar sacado de aquí: http://www.yeray.com/generador/ según he empezado a leer he encontrado cosas interesantes, ya no para esta exposición sino para futuras explicaciones sobre el arte. Una de las ponencias fue sobre "La moda y el arte: un fenómeno creativo" por Luis Racionero del que sin leer todo me he quedado con esto:

"La manera de entender la cuestión del cambio en los estilos artísticos es partiendo de aquella hipótesis de Gombrich que dice: En el arte no hay progresos sino propósitos. Es decir, no se trata de pensar que los estilos artísticos se han sucedido de una manera lineal porque la gente iba aprendiendo cada vez a pintar mejor, sino que desde el bisonte de Altamira al toro de Picasso no hay un progreso, sino que hay simplemente distintos propósitos, es decir, cada cultura tiene unas cuestiones fundamentales que le preocupan y estos son los que dirigen la creatividad hacia una ciencia y hacia un tipo de arte. El arte tiene un propósito y los propósitos van cambiando, por eso son incomparables. Por eso no es legítimo comparar que un arte esté más evolucionado que otro o que sea más legítimo, pues los propósitos vitales son muy distintos" 

 Cosas como estas me sirven para argumentar cierto tipo de arte, porque la gente sigue yendo a exposiciones de arte contemporáneo y sigue diciendo: "esto es una mierda". Bueno, pues preguntémonos porqué el artista busca esa reacción.

Anyway, la exposición será maravillosa porque yo lo digo y porque se puede reflexionar sobre si la forma de vestir nos define, si juzgamos a los demás por lo que llevan o si los trajes que a veces vemos en pasarela son sólo telas bien cosidas o realmente un producto creativo.

De momento yo seguiré dejando caer que oye, nos podrían dejar probarnos uno, sólo para ver lo que siente y poder transmitirlo a la gente que visite la exposición (ninguna otra intención, palabrita de girlscout).

Y termino con la conclusión a la que llegamos ayer la Loca de Ofelia y yo (en realidad sólo fue la loca de Ofelia, pero yo escuchaba):

"Cocó Chanel es a la moda lo que la vanguardia a la pintura"



viernes, 8 de abril de 2011

Everything is fine. Keep shopping.

"Everything is fine. Keep shopping" 

Este es uno de los lemas que el otro día pusieron unos artistas como "ataque" en muchas marquesinas de bus en Madrid. Todo va bien. Sigue comprando. Porque eso es lo que tenemos que hacer, comprar, comprar y comprar (y que conste que me encanta). Pero no todo está bien y vas aguantando, y vas tirando y sabes que partidos supuestamente de izquierdas tienen que aguantar y hacer recortes que les mandan sus compatriotas europeos de derechas... pero llega un momento en que tienes que decir basta. Crisis se ha convertido en una palabra tan común que se utiliza en cualquier contexto con cualquier excusa y acaba perdiendo su significado.

Ayer fui partícipe de una pequeña manifestación en Madrid, la primera espero de otras muchas. ¿Por qué fui? Porque no estaba convocada por ningún partido político (les metes a todos en una sala y no sabes diferenciarlos) y porque llega un momento en que debes reflexionar y hacer algo. No pasamos de quejarnos en casa, con los amigos... poco a poco te vas enterando de cosas, otras haces oídos sordos porque realmente NO quieres saber, pero llega un momento en el que te tienes que mover, en el que tienes que gritar o quejarte desde el salón de tu casa no servirá para nada.  Porque los hay que prefieren irse de "este puto país", pero los hay también que nos encantaría quedarnos, que si nos vamos sea porque queremos, no porque nos veamos obligados para no vivir en la precariedad. Porque movilizarse sí sirve para algo, pero hay que movilizarse más. No hace falta poner ejemplos históricos, ni irnos a otros siglos, lo tenéis ahí cerca y Egipto se ha convertido en un ejemplo a seguir.

Por supuesto no creo que haya que acabar con el gobierno, un gobierno elegido democráticamente. Lo que hay que terminar es con la corrupción, lo que hay que terminar es con quien controla al gobierno, que no es el pueblo, sino los mercados, gente que no ha sido elegida por nadie y que controla con un dedo el devenir de todo un país, de sus gentes, de sus historias. Seremos una mota de polvo comparados con el tamaño del universo pero estamos aquí y ahora y somos importantes.

Por eso hay que gritar que ya basta. Que ya basta de presidentes de comunidades imputados por delitos que siguen teniendo el apoyo de su partido y del que será el próximo presidente de nuestro gobierno (porque sí, a quien yo llamo "cariñosamente" boca chocho ganará, y todos lo sabemos)

Basta de que grandes banqueros que fueron los culpables del comienzo de la crisis no sólo se vayan de rositas, sino que gracias a eso ahora ganan mucho más.

Basta de grandes empresas que despiden a gente con la excusa de la crisis y lo que hacen es ganar más beneficios por ellos, aunque sus trabajadores tengan que hacer horas extras porque no dan a todo.

Basta de jefes de patronales que dejan sin sueldo a un montón de familias y aún así siguen en su cargo, pensando desde el sofá de cuero de su chalet que le ha salido mal una jugada. La gente no es un juego.

Basta de bajar el sueldo a mileuristas que ya bastante mal llegan con lo que tienen. Y aquí un inciso, porque la gente aplaudió cuando se le bajó el sueldo a los funcionarios. Sólo unos pocos funcionarios ganan un sueldazo. Sólo la élite de funcionarios (casi siempre elegidos a dedo) tienen beneficios que los demás no tienen. Los funcionarios NO viajan en metro ni tren gratis (lo digo porque lo he escuchado). La mayoría rozan los 1000 euros y eran unos pringados cuando gente sin estudios ni preparación ganaban 3000 euros mínimo al mes. Ahora que esa gente no tiene más que hacer cola en el paro aplauden que le bajen el sueldo a personas que antes eran las pringadas y ahora son los malos por estudiar y ganarse por derecho propio un puesto fijo. Si hay algún malo en esta historia no es el que te hace el papeleo en la mesa del paro, es el que te ha enviado ahí.

Dicen (los periodistas dicen) que todos tenemos que arrimar el hombro, y que este lema de "Esta crisis no la pagamos" no debería existir. Yo lo arrimo, no me importa, pero cuando lo arrimen los de más arriba. No puede ser que tengan que sacrificarse los que menos ganan para que los que ganan una cantidad astronómica sigan ganando lo mismo e incluso más. No puede ser que yo no pueda irme de casa pero los eurodiputados no puedan viajar en turista en vuelos cortos.

Entendedme, no creo en el reparto igualitario de riqueza. Quien más trabaja que lo gane, y quien se toque el pie (que también los hay) que vaya a comedores sociales. No todo el mundo se merece lo mismo, pero debería haber un límite, alguien cuerdo que diga "por aquí no se puede subir". No puede haber hoteles con grifos de oro de 24 quilates y al mismo tiempo gente que trabaja y no le pagan.

Todos somos tontos, borregos y lo que se quiera llamarnos. Mucho. Y se aguanta así demasiado. Hasta que llega un día que hay una pequeña llama o una pequeña gota que colma el vaso y la base de la pirámide se rebela, y sin la base la punta se cae porque no tiene dónde apoyarse. Porque es difícil cambiar el mundo, pero no imposible. Porque llega un momento en que no podemos esperar a que las cosas simplemente pasen, somos parte de esta sociedad y no podemos vivir ajenos a sus problemas. No podemos ir por el mundo de puntillas cuando el mundo se está quemando. Es nuestra responsabilidad, no de otros.

Moveos. Levantaos. Gritad. Luchad por vosotros. Por vuestra familia. Por vuestros amigos. Luchad por solidaridad. Luchad por egoísmo. Pero no os quedéis quietos porque luego será más difícil moverse. Vivimos en un mundo globalizado, todo nos toca, todo nos afecta. Abrid los ojos. Corred la voz. Sin miedo.

lunes, 4 de abril de 2011

Boleando


Malditas pelotas que nunca sabes cuando. Se agacha. Malditas pelotas que vienen. Se aparta. Y que van. Salta.
A veces, de esas veces que a veces pasa, te quedas encerrada en una sala llena de pelotas de esas que a veces, a veces no paran de botar. Las vigilas, estudias sus movimientos, te intentas adelantar a sus pasos y te pasas todo el tiempo sorteándolas. Hasta que se te estampan en la cara y lo único que quieres hacer es salir de la sala llena de pelotas de esas que a veces no paran de botar.
Pero no tienes la llave de la sala, así que lo único que puedes hacer es conseguir parar las bolas, cosa que no haces porque de momento te va bien sorteándolas, aunque a veces, a veces sean bolas que te dan en la cara.