miércoles, 15 de febrero de 2012

De bolitas

De esto que sales a hora punta en el tren. Pasas por los tornos la primera (porque tienes calculada la puerta y no andas, vuelas) y oyes un click, clack, o cualquier cosa que signifique que al sacarte el abono del bolsillo algo se te ha caído. Miras para atrás, ya fuera de los tornos. Por el rabillo del ojo atisbas a toda esa gente que se acerca, pero te centras en algo redondo que hay en el suelo. Lo que se te ha caído. ¿Qué será?. No llevas las gafas puestas, eres miope. Abres el bolso. La gente empieza a salir por los tornos cercanos. Sacas las gafas. Cada vez más gente. Te las pones y ves una bolita. Verde. O azulada. Y piensas "es mía, no sé de qué pero es mía". Se acerca una chica para pasar justamente por ese torno. Te pones en medio. Subes la mano. "Espera". Te mira. Ella y el resto. "¿Me puedes coger esa bolita?". Se da la vuelta, lleva botas gordas y la pisa, o la golpea o algo, porque de pronto intenta buscar la bolita pero ya no hay bolita pero todo el mundo la busca. "¿El qué?". "Una bolita. Es que se me ha caído. Es de un zapato." Explicas, esperanzada de que no pienses que la estás vacilando. La gente ya no pasa por los tornos, mira la suelo buscando la bolita. "No te preocupes" contestas "La has pisado". La chica te mira con horror porque sin querer ha pisado y perdido tu bolita. "No, no, en serio, no importa." Insistes. El resto la sigue buscando con la mirada. "En serio, no importa" hablas para la galería "era una bolita, de un zapato, pero se ha debido ir rodando. No importa. Gracias". Y te das media vuelta. Con miradas en la espalda pero sin bolita. Y subes las escaleras preguntándote "¿Y si se me cayó otra cosa?"

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