viernes, 2 de septiembre de 2011

De profesión profesor.


Después de leer los recortes (los incrementados recortes porque de los otros ya había) para la enseñanza pública educativa me sentía mal, porque la educación en una sociedad es esencial (decídmelo a mí que tengo la ventana abierta y en el banco de abajo un tío se ha tirado eructando como minuto medio. Seguido.)

La educación, el conocimiento, son las mejores armas que podemos poseer y son las que más rápido nos quitan sin que solamos hacer nada.

Hoy he visto ha Esperanza Aguirre, decir, con tono paternalista, su eterna cara chulesca y su demagogia infinita que no está bien que los profesores se quejen por trabajar veinte horas, porque la mayoría de los madrileños trabajan más. -Aquí habría que haberla matizado "de los madrileños que tienen trabajo"- y después tendría que habérsele metido la zapatilla en la boca, llamarla mentirosa, y gritar hacia las cámaras que los profesores trabajan sus 40 horas semanales como el resto del mundo. No, perdón, 37,5. Que de las que ella habla son las lectivas, sí, las de "dar clase" porque hay muchas otras funciones docentes, y que se desconozcan no quiere decir que no existan. Si esto hubiese ocurrido (lo de la zapatilla y tal) las cámaras hubiesen cogido todo excepto el momento en el que uno se hubiese dado la vuelta para contar la verdad.

Ese es en el mundo en el que vivimos. Y así, los señores esperanzadores (que no peperos, que ella tiene a su propio subgrupo) pueden seguir votándola porque es maravillosa y genial, abre hospitales (sin medios ni médicos), abre institutos (sin profesores)... "oye, al menos hace algo", sí, sobrevivir la muy bicho. Es como el tipo malo de Anaconda. Mala hierba... Pero ese no es el caso, es que aquellos que la votan lo hacen por cosas como sus declaraciones sobre economía. ¿Qué dice antes de las elecciones? Que ella va a hacer que la hipoteca se salde cuando el banco se quede con el piso. Todo el mundo aplaude. Biiieennn Biiiieeennnn. Los medios lo graban. ¿Qué reconoce al día siguiente? Ains, que no, si eso no lo va a poder hacer porque ella no tiene potestad para hacerlo. Pero oye, ese sonido, esas palabras sólo llegan a unos pocos, como siempre, a los que sí estamos dispuestos a escuchar.

Y llegamos al asunto que yo quería tratar, la defensa a capa y espada de los profesores. ¿Soy profesora? No. ¿Considero que en mi trabajo hago una actividad docente? Sí. Pero si no soy profesora en un instituto (al tiempo) he sido alumna en uno y puedo llegar a comprender (ahora que me he visto en el otro bando) lo difícil que tiene que ser dar clase para un profesor y lo que supone el aumento de esas cargas lectivas.

Le oía el otro día a un profesor por televisión que decía que no puedes llegar y soltar un rollo, que tienes que hacer que se apasionen por tu asignatura y eso, señoras y señores, NO es fácil. 

¿Qué piensa un ser normal de a pie de lo que hace un profesor? "uh, mírale, se sienta ahí, lee lo que tiene en los libros, se va al café, manda ejercicios y hasta mañana".

¿Qué pienso yo de lo que hace un profesor? "Entra en clase, intenta poner orden, se prepara todos los apuntes que lleva horas y horas de trabajo preparando fuera de esa clase, vuelve a intentar poner orden, cuando más o menos se calma la cosa les intenta contar materias de su asignatura, no soltar un rollo, les intenta hacer que piensen...a chavales de 14 años. Que. Piensen. Uno se saca la blackberry, otros dos al fondo de la clase se pelean, vuelve a intentar poner orden (a todo esto sin perder el hilo de lo que estaba contando para no repetirse no perder el tiempo y que puedan dar toda la materia que está estipulada), uno grita, le manda callar, si ella es mujer y él un niñato estúpido a lo mejor le contesta que ella no le puede hacer callar porque es una mujer, le envía al jefe de estudios, reza porque no rompa una ventana por el camino. Intenta volver al hilo de lo que contaba, intenta demostrarles que la materia que cuenta sirve para algo, manda callar (esta vez sólo son charlatanes, majos -no le dan miedo cuando te los cruzas por los pasillos- pero no se callan ni debajo del agua) y manda deberes. Deberes que corrige (porque sí señor, se leen los 30 ejercicios) y puntúan. Dentro de su horario de trabajo, fuera de su horario lectivo.

Por supuesto de todo hay en la viña del señor y unos se lo curran más que otros. Cómo en todas partes, eso no quita para que tengan que estar en su puesto las 37,5 horas que deben. Puesto, que por cierto, les costó sufrimiento y años de estudio.

Debate primero sobre un MIR para el profesorado y debate ahora sobre las horas que trabajan. Políticos que ponen el grito en el cielo porque la educación está mal (por su culpa) y la educación es nuestro futuro (Negro. Por su culpa.). Hasta donde yo sé, el debate de la calle no se centra en lo malos que son los profesores, sino en lo malos que son los políticos. ¿Qué tal si hiciesen ustedes un MIR señores? Eso sí demostraría que quieren trabajar por el pueblo y no para sacar tajada de él. Y mira, de paso, nos evitábamos eso de estar donde están por ser elegidos a dedo.




1 comentario:

  1. Jo, me siento un poco identificada, gracias Bea.

    Este año, haciendo las prácticas en un insti, he visto de cerca lo que es ser profe, incluso ha habido ratos en que lo he sido, y de 20 horas, me parto y me mondo. Hay montones de cosas que hacer siempre, y no se trabajan 20 horas, sino muchas más. Hay chavales y chavales, profes y profes y padres... y padres.

    Si tuviera que comparar con algo la profesión docente en la ESO es como si cogieras a un miembro representativo de cada escalafón de una gran empresa, incluidos los de limpieza, bedeles, seguridad y mantenimiento, y les tuvieras que explicar algo durante una hora cuatro días a la semana. Y dirás que no tienen el mismo nivel de estudios ni de comprensión... Ya. Eso en la ESO pasa. En clases de 30 o más alumnos. Alumnos que se aburren y te revientan la clase de puro aburrimiento, de no enterarse de nada. Otros que ya se lo saben todo, y también se aburren. Y luego, pues los que hablan con el de al lado porque "eso no me interesa" y todo lo que sabes o imaginas.

    Para que luego se rían en nuestra puta cara y nos digan que qué privilegio 3 meses de vacaciones. Se quedan en lo superficial. Como todo.

    Una pena que nos traten de esta manera, nos vengaremos haciéndolo mucho mejor.

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