viernes, 8 de abril de 2011

Everything is fine. Keep shopping.

"Everything is fine. Keep shopping" 

Este es uno de los lemas que el otro día pusieron unos artistas como "ataque" en muchas marquesinas de bus en Madrid. Todo va bien. Sigue comprando. Porque eso es lo que tenemos que hacer, comprar, comprar y comprar (y que conste que me encanta). Pero no todo está bien y vas aguantando, y vas tirando y sabes que partidos supuestamente de izquierdas tienen que aguantar y hacer recortes que les mandan sus compatriotas europeos de derechas... pero llega un momento en que tienes que decir basta. Crisis se ha convertido en una palabra tan común que se utiliza en cualquier contexto con cualquier excusa y acaba perdiendo su significado.

Ayer fui partícipe de una pequeña manifestación en Madrid, la primera espero de otras muchas. ¿Por qué fui? Porque no estaba convocada por ningún partido político (les metes a todos en una sala y no sabes diferenciarlos) y porque llega un momento en que debes reflexionar y hacer algo. No pasamos de quejarnos en casa, con los amigos... poco a poco te vas enterando de cosas, otras haces oídos sordos porque realmente NO quieres saber, pero llega un momento en el que te tienes que mover, en el que tienes que gritar o quejarte desde el salón de tu casa no servirá para nada.  Porque los hay que prefieren irse de "este puto país", pero los hay también que nos encantaría quedarnos, que si nos vamos sea porque queremos, no porque nos veamos obligados para no vivir en la precariedad. Porque movilizarse sí sirve para algo, pero hay que movilizarse más. No hace falta poner ejemplos históricos, ni irnos a otros siglos, lo tenéis ahí cerca y Egipto se ha convertido en un ejemplo a seguir.

Por supuesto no creo que haya que acabar con el gobierno, un gobierno elegido democráticamente. Lo que hay que terminar es con la corrupción, lo que hay que terminar es con quien controla al gobierno, que no es el pueblo, sino los mercados, gente que no ha sido elegida por nadie y que controla con un dedo el devenir de todo un país, de sus gentes, de sus historias. Seremos una mota de polvo comparados con el tamaño del universo pero estamos aquí y ahora y somos importantes.

Por eso hay que gritar que ya basta. Que ya basta de presidentes de comunidades imputados por delitos que siguen teniendo el apoyo de su partido y del que será el próximo presidente de nuestro gobierno (porque sí, a quien yo llamo "cariñosamente" boca chocho ganará, y todos lo sabemos)

Basta de que grandes banqueros que fueron los culpables del comienzo de la crisis no sólo se vayan de rositas, sino que gracias a eso ahora ganan mucho más.

Basta de grandes empresas que despiden a gente con la excusa de la crisis y lo que hacen es ganar más beneficios por ellos, aunque sus trabajadores tengan que hacer horas extras porque no dan a todo.

Basta de jefes de patronales que dejan sin sueldo a un montón de familias y aún así siguen en su cargo, pensando desde el sofá de cuero de su chalet que le ha salido mal una jugada. La gente no es un juego.

Basta de bajar el sueldo a mileuristas que ya bastante mal llegan con lo que tienen. Y aquí un inciso, porque la gente aplaudió cuando se le bajó el sueldo a los funcionarios. Sólo unos pocos funcionarios ganan un sueldazo. Sólo la élite de funcionarios (casi siempre elegidos a dedo) tienen beneficios que los demás no tienen. Los funcionarios NO viajan en metro ni tren gratis (lo digo porque lo he escuchado). La mayoría rozan los 1000 euros y eran unos pringados cuando gente sin estudios ni preparación ganaban 3000 euros mínimo al mes. Ahora que esa gente no tiene más que hacer cola en el paro aplauden que le bajen el sueldo a personas que antes eran las pringadas y ahora son los malos por estudiar y ganarse por derecho propio un puesto fijo. Si hay algún malo en esta historia no es el que te hace el papeleo en la mesa del paro, es el que te ha enviado ahí.

Dicen (los periodistas dicen) que todos tenemos que arrimar el hombro, y que este lema de "Esta crisis no la pagamos" no debería existir. Yo lo arrimo, no me importa, pero cuando lo arrimen los de más arriba. No puede ser que tengan que sacrificarse los que menos ganan para que los que ganan una cantidad astronómica sigan ganando lo mismo e incluso más. No puede ser que yo no pueda irme de casa pero los eurodiputados no puedan viajar en turista en vuelos cortos.

Entendedme, no creo en el reparto igualitario de riqueza. Quien más trabaja que lo gane, y quien se toque el pie (que también los hay) que vaya a comedores sociales. No todo el mundo se merece lo mismo, pero debería haber un límite, alguien cuerdo que diga "por aquí no se puede subir". No puede haber hoteles con grifos de oro de 24 quilates y al mismo tiempo gente que trabaja y no le pagan.

Todos somos tontos, borregos y lo que se quiera llamarnos. Mucho. Y se aguanta así demasiado. Hasta que llega un día que hay una pequeña llama o una pequeña gota que colma el vaso y la base de la pirámide se rebela, y sin la base la punta se cae porque no tiene dónde apoyarse. Porque es difícil cambiar el mundo, pero no imposible. Porque llega un momento en que no podemos esperar a que las cosas simplemente pasen, somos parte de esta sociedad y no podemos vivir ajenos a sus problemas. No podemos ir por el mundo de puntillas cuando el mundo se está quemando. Es nuestra responsabilidad, no de otros.

Moveos. Levantaos. Gritad. Luchad por vosotros. Por vuestra familia. Por vuestros amigos. Luchad por solidaridad. Luchad por egoísmo. Pero no os quedéis quietos porque luego será más difícil moverse. Vivimos en un mundo globalizado, todo nos toca, todo nos afecta. Abrid los ojos. Corred la voz. Sin miedo.

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