miércoles, 29 de agosto de 2012

Siempre hay un niño que mira a cámara



Edith Tudor-Hart
Gee Street, Finsbury. 1936.


“Ahora debemos decir con énfasis que la fotografía documental no significa todos los lugares más feos de la ciudad. Significa realidad. Si la realidad es paz y belleza, la fotografía documental significa paz y belleza. Pero si la realidad es guerra, barrios miserables, hambre, entonces la fotografía documental significa guerra, barrios miserables, hambre.” 

Elizabeth McCausland. Fragmento de la conferencia del 27 de julio de 1938.

sábado, 25 de agosto de 2012

De libros


Me he terminado de leer Criadas y Señoras, y es que el Reader es un gran invento. Eso sí, no sé si alguien es consciente de que NO pienso pagar el mismo precio por un libro físico que por uno digital. Pagar sí, lo mismo no. Cuando me compro un libro físico no sólo pienso que estoy pagando al escritor, editor y distribuidoras, sino al dependiente que me lo vende, al impresor que lo imprime, la luz de la tienda que lo guarda... Supongo que esto es como lo de "no hay dinero", que uno puede contestar con un "para lo que se quiere", pues aquí es un "no podemos rebajar el precio" y entonces pienso, ¿y cómo pagan entonces todo lo demás si no lo pueden rebajar?. Luego escuché esa teoría de que si bajaban el precio del libro la gente pensaría que tenía menos valor. Ejem. Si la gente lee un libro partimos de la base de que no es una persona analfabeta, es decir, vete a tomar el pelo a tu p*** madre.

Pero sólo iba a decir que me ha encantado Criadas y Señoras, leí a la autora que el personaje de Miss Skeeter fue el que más difícil le pareció escribir, y es con el único que me parece que se queda un poco a medias, quizás por eso. El resto delicioso. Rápido, sentimental (lo justo), un punto de frescura. Yo soy Minny y conozco a más de una Miss Hilly. ¿Por qué me gusta realmente? Porque es la historia a pequeña escala. Una vez leí que los hombres escribían las grandes historias y las mujeres las del día a día. Aunque siempre me ha parecido de mongolos separar tan drásticamente "hombres" y "mujeres" en este caso es así. Esta es la historia de su vida, pero puede ser la nuestra, el día a día, el esfuerzo, las inquietudes, el intentar sobrevivir. Mientras Martin Luther King tenía un sueño miles de mujeres mantenían a flote a sus familias. Y todavía lo hacen.

jueves, 23 de agosto de 2012

Negro


Fue el otro día que me fui a comer un melocotón. La piel era finísima, olía a gloria (o todo lo a gloria que puede oler hoy día un melocotón comprado en una gran superficie y fuera de época) y brillaba. Lo juro. Juro que brillaba. Lo lavé y ni siquiera cogí un cuchillo para pelarle la piel, sino que le pegué un mordisco. A gloria no sabía pero estaba bueno, fresquito y hacía calor. Otro mordisco y empecé a sonreir como un niño delante de un puesto de helados. Fue al tercer mordisco cuando lo vi, negro como el carbón en el borde, solidificado y más grisáceo en el centro. Era como una madriguera de bichos tras el paso de la ceniza de un volcán. No llegué a vomitar pero casi, para que mentir. Incluso inspeccioné con el ceño fruncido si el resto del melocotón estaría igual de contaminado por si podía seguir disfrutando de aquel momento. Intenté dar otro mordisco pero recordé lo podrido y de pronto, sin avisar, la magia se había esfumado.